Fertilizantes reseña

Fertilizantes

En el lenguaje de la jardinería la expresión “fertilizantes” no requiere mayor presentación. Yodos saben que son y para que sirven, al menos en términos generales. Aun cuando ya los antiguos egipcios conocían el efecto productivo del légamo que depositaban en los suelos las crecidas del rio Nilo, el origen de los fertilizantes se remontan al siglo XIX.

En efecto, en aquella época se hizo necesario encontrar los medios para lograr un acelerado aumento de la productividad de la tierra a fin de satisfacer las necesidades de una población que experimentaba un vertiginoso crecimiento en el mundo entero. El desarrollo de diversas disciplinas científicas proporcionó tales medios.

Ocupa en este ámbito un lugar destacado el descubrimiento del mecanismo de la asimilación del nitrógeno por las plantas. Este elemento (N) es requerido por todos los seres vivos tanto del reino animal como vegetal. Los vegetales lo obtienen del suelo o del aire y los animales de los vegetales u otros animales.

Loa científicos del siglo XIX lograron establecer que la mayoría de las especies vegetales no tienen el poder de asimilar el nitrógeno presente en el suelo en forma de amoniaco (nitrógeno + hidrogeno) lo que si ocurre con las leguminosas que tienen en sus raíces módulos en que viven ciertas bacterias capaces de descomponer el amoniaco liberando el nitrógeno, el que se combina con el oxigeno del aire y forma nitrito que es asimilable.

Tales descubrimientos científicos condujeron a la explotación de las salitreras, yacimientos naturales de nitrato en el norte de Chile y a la fabricación de nitrato sintético, en Europa, durante la primero guerra mundial.

De acuerdo con normas legales que datan de 1924, establecidas para evitar el engaño al usuario, los fertilizantes deben ser expendidos indicándose su composición centesimal. En la actualidad existe una extensa variedad de fertilizante foliares que no se aplican al suelo sino directamente a las plantas.

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